¿Qué hay detrás de la decisión del Banco Central de aplicar un cepo cambiario ahora a los servicios turísticos en el exterior? Según Invecq Consulting, esta medida es una nueva demostración de la falta de diagnóstico y mirada global del problema económico por parte de las autoridades. “Siguen intentando detener la pérdida de reservas del Banco Central con medidas parciales tendientes a trabar más el acceso de la demanda al mercado de divisas. Según declaraciones del gobierno la medida tiene carácter provisorio. Sin embargo, sabemos por experiencia que todo lo provisorio o “de emergencia” se vuelve permanente en la política económica argentina. Parece poco creíble que en un par de meses el gobierno decida flexibilizar el acceso al crédito para turismo internacional en un contexto macro que será igual o incluso peor que el actual si no se decide implementar un programa de corrección de múltiples desequilibrios”, puntualiza en su último reporte.
La raíz de esta nueva vuelta de tuerca a la dinámica cambiaria encuentra su explicación en que, durante los primeros nueve meses del año, según los datos del Banco Central, las cuentas externas en concepto de gastos de turismo, tarjetas y transporte en el exterior tuvieron un déficit de U$S 1.500 millones. Esta cifra representa una cantidad muy baja en perspectiva histórica y es muy similar a la del año pasado cuando el turismo estaba casi cerrado por completo. Comparando contra 2017, en los primeros nueve meses del año de aquel momento el déficit turístico superaba los U$S 8.000 millones, compara la consultora. Sin embargo, la dinámica descendente de las reservas netas que mira el BCRA desde hace algunos meses, sumado a que los próximos meses son históricamente los de temporada alta de déficit turístico, llevaron a las autoridades a tomar esta decisión.
Las observaciones
Otro de los argumentos por parte del oficialismo es que ante un escenario de “escasez de dólares”, es pertinente que el gobierno administre los recursos escasos garantizando su uso en importaciones necesarias para sostener la producción. Con respecto a esto hay algunas observaciones que Invecq Consulting realiza:
• En primer lugar, el gobierno debería ponerse a pensar cómo es posible que estén hablando de escasez de divisas en un período de superávit de cuenta corriente. Esa falta de diagnóstico es la que los lleva a acumular medidas que no resuelven los problemas.
• En segundo lugar, según los propios números del Central en octubre los dólares destinados a importaciones de bienes fueron de solo U$S 4.500 millones mientras que en septiembre había sido de U$S 6.000 millones. Es decir que no es cierto que se limite el acceso a divisas para viajar con el objetivo de no trabar la importación de bienes para la producción, porque en el último mes se ha reflejado una caída sustancial de los dólares a los que pudo acceder el sector importador.
Lo que siempre está ausente es la visión global. El problema de los dólares en realidad no es de dólares; es macroeconómico, de inconsistencias y desequilibrios múltiples. Y en lo que a eso respecta, el Gobierno ya ha consumido la mitad de su mandato sin la capacidad de armar, comunicar y comenzar a ejecutar un programa de ordenamiento macroeconómico, indica la consultora. Por el contrario, los últimos números de las finanzas públicas dan cuenta de que el déficit fiscal está creciendo de forma acelerada en los últimos meses. En octubre el déficit primario fue de 0,5% del PBI, superior al de octubre del año pasado cuando la actividad económica era menor y casi el mismo ratio que en octubre de 2015, el año de desequilibrio primario más grande de las últimas décadas.
El mercado está aguardando la presentación del plan plurianual que anunció el presidente Alberto Fernández a minutos de haberse conocido la derrota electoral. Lamentablemente este tipo de medidas y los números más recientes de la evolución del déficit fiscal no permiten ser muy optimista respecto a que el gobierno haya dado un giro en su visión del problema y pueda presentar un programa consistente de reducción del déficit, normalización monetaria, desaceleración de la inflación, y compresión de las brechas cambiarias. También estas señales hacen dudar de la capacidad que el gobierno tendrá para poder llegar a un entendimiento fructífero con el staff técnico del Fondo Monetario Internacional, acota la firma que dirige el economista Esteban Domecq.
No hay dudas de que el Fondo intentará basar el acuerdo en una programa de ajuste fiscal. Uno de los principales componentes de expansión del gasto público es el subsidio a las tarifas, tema álgido dentro del gobierno que ya ha sido causa de duras internas en el Ministerio de Economía. El déficit operativo de las empresas del Estado también ha mostrado un fuerte crecimiento en el último tiempo, así como también las mayores transferencias sociales que no han podido normalizarse luego de la pandemia 2020. Una vez más, es la macro… pero el Gobierno parece no entenderlo, finaliza Invecq.